Creación Meditativa con la meditación de las cuatro piedras
Te propongo un ejercicio de meditacion plena donde combinaremos la creación meditativa con la meditación de las cuatro piedras, enseñada por el maestro Zen Thich Nhat Hanh, es una práctica sencilla y profunda para cultivar la presencia y la conexión con la naturaleza. En ella, cada piedra representa un elemento de la naturaleza —flor, montaña, agua tranquila y espacio— y nos invita a encarnar las cualidades de estos elementos a través de la respiración consciente y la atención plena.
Ejercicio de creación meditativa
Cada piedra es un elemento esencial en esta meditación, actuando como un ancla para las cualidades que deseamos cultivar. La selección de las piedras es un proceso consciente, buscando aquellas que resuenen con nuestra intención. Lava las piedras para limpiarlas de energías previas. Mientras las pintas con símbolos que te recuerden a los elementos que representan, mantenén una actitud meditativa y de plena atención.
FLOR: Al dibujar una flor, concéntrate en tu respiración. Este ejercicio refuerza nuestra capacidad para ver el mundo con una perspectiva renovada y fresca, algo esencial para mantenernos alegres y ligeros en nuestro día a día. Respira y sonríe mientras dibujas la flor. Recuerda, tú eres una flor en el jardín de la vida, y cultivar tu frescura es clave para tu bienestar y el de quienes te rodean.
MONTAÑA: Al plasmar una montaña, permite que tu respiración fluya naturalmente. La montaña simboliza la solidez y estabilidad en nuestro interior. Puede ser nevada o soleada, llena de rocas o cubierta de hierba. Tal vez solo necesites dos líneas para hacer una montaña. Respira y sonríe mientras dibujas la montaña. Cultivar la atención plena fortalece nuestra capacidad de ser una fuente de confianza y apoyo, tanto para nosotros mismos como para los demás. La estabilidad es un pilar fundamental para la felicidad y la paz interior.
AGUA: Al dibujar el agua, elige escenarios tranquilos que reflejen la calma, como un lago sereno o un río lento. Respira y sonríe mientras dibujas el agua. El agua tranquila representa nuestra habilidad para reflejar la realidad sin distorsiones. A través de la respiración consciente, cultivamos la serenidad interna, permitiéndonos ver las situaciones claramente y evitar reacciones impulsadas por miedo o ira.
ESPACIO: Finalmente, al dibujar el espacio, sé creativo. Podría ser un símbolo, el cielo abierto o un campo vasto. Respira y sonríe mientras dibujas el espacio. Necesitamos tener espacio en nosotros para ser felices. Este ejercicio nos recuerda la importancia del espacio en nuestras vidas. Al igual que cada flor necesita espacio para florecer, nosotros también necesitamos espacio interior y exterior para ser verdaderamente felices y libres. Sin libertad, nadie puede ser verdaderamente feliz. Al tocar el espacio dentro de nosotros, somos libres.
Meditación
Antes de comenzar, crea un espacio tranquilo y acogedor donde puedas sentarte sin interrupciones. Coloca las piedras que has pintado frente a ti, y siéntate en una postura cómoda.
Si dispones de una campana o un bol de meditación, inicia tu práctica haciéndolo sonar, permitiendo que las vibraciones te lleven a un estado de atención plena. A continuación, realiza tres respiraciones profundas y conscientes, trayéndo amablemente tu atención al momento presente.
Toma la piedra representa una flor. Ponla en la palma de tu mano, luego coloca la otra mano sobre ella. Ahora comienza a practicar con esta piedra
Inspirando, me veo como una flor.
Expirando, me siento fresco.
Flor, Frescura.
Recita silenciosamente las palabras clave "Flor, Frescura" mientras respiras tres veces. Cada vez que las recites, restauras tu frescura y la flor dentro de ti.
Después de tres respiraciones, mira tu piedra, sonríele y colócala en el suelo a tu derecha.
Ahora toma la segunda piedra y mírala. Esta piedra representa una montaña. Ponla en la palma de tu mano, luego coloca la otra mano sobre ella. Ahora comienza a practicar con la segunda piedra:
Inspirando, me veo como una montaña.
Expirando, me siento sólido.
Montaña, Solidez.
Recita silenciosamente mientras respiras tres veces. Tienes una montaña dentro de ti. Eres capaz de ser sólido y estable. Después de tres respiraciones, coloca la piedra a tu derecha.
Después de tres respiraciones, mira tu piedra,, sonriéle y colócala en el suelo a tu detecha.
Toma la tercera piedra y mírala. Esta piedra representa el agua tranquila. Ponla en la palma de tu mano y coloca la otra mano sobre ella. Comienza tu práctica con la tercera piedra.
Inspirando, me veo como agua tranquila.
Expirando, reflejo las cosas tal como son.
Agua, Reflejando.
Recita esto silenciosamente mientras respiras tres veces. El agua tranquila está dentro de ti. Eres tranquilo, claro y sereno.
Después de tres respiraciones, mira tu piedra, sonriéle y colócala en el suelo a tu derecha.
Ahora toma la cuarte piedra. Mírala y sonríele. Esta piedra representa el espacio. Ponla en la palma de tu mano y coloca la otra mano sobre ella. Comienza la práctica con la cuarta piedra:
Inspirando, me veo como espacio.
Expirando, me siento libre.
Espacio, Libertad.
Recita las palabras clave silenciosamente mientras respiras tres veces. El espacio está dentro de ti. Cuando cultivamos amplitud dentro y fuera de nosotros, podemos ofrecer nuestra aceptación y generosidad a nuestros seres queridos.
Después de tres respiraciones, mira tu piedra, sonriéle y colócala en el suelo a tu derecha.
Si tienes una campana o un bol de meditación hazlo sonar y realiza tres respiraciones profundas para finalizar la meditación.
Esta actividad no es solo para nuestro propio crecimiento y bienestar, sino también una ofrenda de belleza y paz al mundo. Al compartir esta práctica, extendemos sus beneficios, ofreciendo frescura, estabilidad, serenidad y libertad a todos los seres. Te invito a experimentar esta meditación creativa de las cuatro piedras, a adornar tu entorno con estos símbolos de presencia y a cultivar un oasis de paz en tu vida diaria.